Doctor Felices: “El aire acondicionado hace que los vasos sanguíneos se contraigan, llegue menos sangre a los músculos y se queden tensos”
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fa73%2Ff85%2Fd17%2Fa73f85d17f0b2300eddff0d114d4ab10.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2F397%2F257%2F2f6%2F3972572f6512085eb4cc992b7c4ea237.jpg&w=1280&q=100)
Durante los meses más calurosos del año, el aire acondicionado se convierte en una herramienta indispensable para sobrellevar el calor durante el día y conciliar el sueño por la noche. Sin embargo, su uso prolongado o mal regulado puede tener consecuencias negativas para la salud. Dolores cervicales, resfriados inesperados o sensación de garganta seca son algunas de las molestias más frecuentes asociadas al uso inadecuado de este sistema de climatización.
El médico José Manuel Felices, especialista en salud y muy activo en redes sociales, advierte sobre los riesgos de exponerse directamente al aire frío. Según explica, “el chorro de aire frío hace que los vasos sanguíneos se contraigan, llegue menos sangre a los músculos y estos se queden tensos dando lugar a ese típico dolor de cuello”. Esta contracción vascular también afecta al sistema respiratorio: “A tus mucosas les pasa igual. Los cilios respiratorios que se mueven para desplazar el moco se quedan y predispone a que cualquier virus pueda entrar más fácilmente”. Así, lo que comienza como una solución para dormir mejor puede acabar debilitando las defensas naturales del cuerpo.
Además de las implicaciones físicas, el doctor también señala el coste energético y medioambiental de un uso excesivo: “El fresco que metes en casa sale por aquí en forma de calor que contamina el aire de la calle y hace que la factura se dispare”. A pesar de ello, insiste en que no es necesario renunciar al confort térmico, sino aprender a gestionarlo correctamente para evitar efectos secundarios. “Se trata de usarlo con ciencia y conciencia”, subraya.
Tres pautas para no poner en riesgo la saludPara minimizar estos efectos, el doctor Felices recomienda aplicar tres medidas muy sencillas. La primera es evitar una bajada excesiva de la temperatura: “Bájalo unos pocos grados, pero no mucho. Consiste en tener confort, no en convertir tu casa en un iglú e ir por casa como si fuera invierno”. Mantener una temperatura entre 24 y 26 grados es suficiente para estar fresco sin alterar el equilibrio térmico corporal.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc98%2F0df%2Fb01%2Fc980dfb014f0eabcbe34a60b275f3818.jpg)
El segundo consejo tiene que ver con la dirección del aire. El especialista sugiere no colocar el flujo directamente hacia el cuerpo, sino “orientado hacia arriba. El aire frío baja y desplaza el caliente hacia arriba, por lo que mueve el aire de la habitación y crea esa corriente que necesitas”. Esta simple acción evita rigideces musculares y distribuye mejor el frescor en el ambiente.
No es necesario renunciar al confort térmico, sino aprender a gestionarlo bien: “Se trata de usarlo con ciencia y conciencia”, subraya Felices
El tercer y último consejo es para cuidar las mucosas y evitar la sequedad que favorece las infecciones, recomienda un pequeño ajuste nocturno: “Colocar un humidificador en tu dormitorio ya consigues la evaporación y que se reseque muchísimo menos el ambiente”. Siguiendo estas pautas, es posible disfrutar de las ventajas del aire acondicionado sin comprometer la salud ni disparar el consumo energético.
El Confidencial